Los libros de Umberto Eco tienen nueva casa

Los 44 mil volúmenes de la vasta biblioteca del novelista e investigador italiano Umberto Eco -leídos, estudiados, anotados y dibujados por su autor- tendrán su casa definitiva en un sector de la Biblioteca Universitaria de Bolonia, donde se convertirán en un patrimonio accesible al público.

La nueva ubicación de la biblioteca se logró tras una negociación de años con los herederos de Umberto Eco, gracias a un acuerdo finalmente sellado en los últimos meses.

«La biblioteca personal de Umberto Eco -dijo el rector de la Universidad de Bolonia, Francesco Ubertini- daba la impresión de ser un organismo viviente. Buscaremos en la parte física, y también en la virtual, reproducir esa atmósfera».

La biblioteca tendrá en el futuro dos recorridos: uno virtual, que pondrá de relieve toda anotación, subrayado y comentario de Eco, y uno físico que comenzará precisamente en un ala de la Biblioteca universitaria.

Allí los libros serán dispuestos en el mismo orden idéntico al que tenían en la casa del propio Eco. Se espera que las obras estén terminadas para la primavera-verano boreal de 2022: será entonces un fascinante viaje al método de trabajo y el orden mental de uno de los intelectuales y escritores italianos más traducidos en el mundo.

El camino para adquirir los volúmenes de Umberto Eco fue largo: «En su testamento -dicen sus hijos, Stefano y Carlotta- nos obligó a no hacer congresos sobre él durante diez años, pero no dijo nada sobre sus libros: lo interpretamos como un gran gesto de confianza, nos dio la libertad de elegir y creemos, donando la biblioteca moderna a su Universidad, que hemos elegido bien».

«La conversación con la Universidad duró un tiempo, pero creo que al final la solución hallada está en el espíritu de nuestro padre», explicaron los hijos. En las próximas semanas comenzarán los trabajos para acomodar el ala del edificio de via Zamboni donde tendrán nueva casa los libros del autor de «El nombre de la rosa», incluidos en el contexto de la Biblioteca Universitaria, pero también en una estructura con identidad propia.

El objetivo es trasladar los libros en la primavera-verano boreal de 2022 y colocarlos en el mismo orden decidido por Eco.

No irán a Bolonia, en cambio, los libros antiguos, una colección de 1200 piezas entre incunables, ediciones de la imprenta de Aldo Manuzio y primeras ediciones que, por su fragilidad, no podrán disfrutarse físicamente, sino que fueron cedidas a la biblioteca Braidense de Milán, que se ocupará de su digitalización.

El paso siguiente será la adquisición del inmenso archivo personal de Umberto Eco, unos 300 contenedores con papeles, apuntes, correspondencia, que serán clasificados y se espera puedan llegar a la nueva biblioteca en 2026, a diez años de su muerte.

A continuación, compartimos un video donde se ve a Eco caminar por la biblioteca de su casa:

«El nombre de la rosa», 40 años después

En noviembre de 2015, Umberto Eco y un grupo de personalidades importantes de Bompiani se independizaron de la casa editora antes de que entrara a formar parte del Grupo Mondadori. Fundaron así una nueva editorial, La nave di Teseo, que ahora empieza a recuperar el catálogo del propio Eco (fallecido en 2016). Y lo hace a lo grande, con la reedición -40 años después de su primera impresión en 1980- de la novela Il nome della rosa (El nombre de la rosa), la obra con la que Umberto Eco pasó de ser un semiólogo y académico respetado en los claustros universitarios de todo el mundo al autor de un auténtico best-seller. Pero no cualquier best-seller: El nombre de la rosa es una misteriosa intriga ambientada en una biblioteca medieval, a la sombra del bibliotecario Jorge de Burgos (cualquier parecido con Jorge Luis Borges no es mera coincidencia), cuyo protagonista -el fraile-detective Guillermo de Baskerville- investiga una serie de crímenes cometidos en una abadía del norte de Italia. 

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Ahora El nombre de la rosa vuelve, en una edición que  incluye por primera vez los dibujos y apuntes preparatorios de Umberto Eco mientras imaginaba los meandros literarios de su primera y exitosa novela. La obra tuvo un destino de premios -ganó el Strega en 1981 y el Médicis en 1982- y se tradujo a decenas de idiomas. A lo largo de los años vendió más de 50 millones de ejemplares, una cifra prácticamente sin precedentes para una mole literaria que logró combinar con maestría la intriga y la erudición. Como no podía ser de otra manera, El nombre de la rosa pasó al cine -con Sean Connery como Guillermo de Baskerville- y a la televisión, con una última versión en formato de serie de ocho capítulos que se estrenó en Italia en 2019.

Pero ahora la nueva edición permite descubrir en su inédito apéndice objetos, ambiente, trajes y personajes de ese «mundo amueblado hasta en sus más mínimos detalles» que «es necesario construirse antes que nada para contar», según decía el propio Umberto Eco. Así lo evoca Mario Andreose, autor de la nota crítica y presidente de la editorial, además de haber sido uno de sus fundadores junto con el propio Eco y la editora Elisabetta Sgarbi.

“La edición con los dibujos preparatorios «da cuenta del pensamiento y el estudio que hay tras la construcción de una gran novela», explicó Sgarbi. «El nombre de la rosa sigue siendo un libro leído y amado, con números extraordinarios, si se piensa que tiene 40 años. Es un libro revolucionario, que cambió la idea de la novela. Y también hoy sigue siendo un ejemplo no superado de alto y bajo, en el sentido de que una cultura sin límites se disuelve en una narración convincente, en un thriller», agregó la editora.

«Antes de escribir El nombre de la rosa, Umberto Eco había planteado varios bocetos. Se imaginaba los personajes, cómo hubiera sido la Abadía, la biblioteca. Él llamaba a ese proceso la ‘decoración antes de la escritura’. Es una documentación visual de su modo de trabajar. Este puñado de dibujos que quedaron en su cajón se hicieron presumiblemente entre 1976-77. En 1978 comenzó a escribir El nombre de la rosa y en 1980 lo publicó», explicó Andreose a la prensa italiana.

 «¿Y qué nos cuenta o, mejor, nos anticipa de este modo el material visual aquí reproducido? Sobre todo la identidad, la fisonomía de los principales protagonistas, con el típico trazo veloz, agudo del autor, que justificará su invención ‘para saber qué palabras ponerles en la boca. Además perfiles y plantas de abadías, castillos, laberintos, surgidos de la mente de un autodenominado ‘medievalista en hibernación’, que entretanto se ocupó también de otras cosas», subraya Andreose en la nota crítica que acompaña la obra.

Después de El nombre de la rosa, obras obras de Eco entrarán al catálogo de La nave de Teseo, empezando por Baudolino y El cementerio de Praga.

«Hay una mina con sus escritos ocasionales, como él los llamaba, que son los del trabajo de periodista, ensayista, conferencista. En estos cuatro años conservamos y relanzamos su memoria con la reedición de libros ya editados y propuestas que vienen de su inagotable herencia», observó Andreose, aunque en su opinión se excluye que “haya inéditos de narrativa. Su pensamiento es de una actualidad extrema. Entre los libros que vamos a reimprimir está Cómo construir el enemigo, que habla de la política de hallar consenso a través de la construcción de un enemigo», explicó el editor.