Emilia Santiago Cadelago, gran amor de Leopoldo Lugones, cuenta esta anécdota a María Inés Cárdenas de Monner Sans, autora del libro “Cuando Lugones conoció el amor”.
Un día, quizás el de nuestra última conversación acerca de su romance, Emilia me dijo: “Lugones pensó en mí en el momento de morir. El día de su muerte, estando en Montevideo con una amiga, tomé un espejo para arreglarme. Mientras lo sostenía en mis manos y sin golpearlo, el cristal se hizo añicos. En ese momento recordó mi amiga una pregunta que le había hecho Lugones: “¿Y si un día te llamara con un grito incontenible?”.
(Fuente: M.A. Cárdenas de Monner Sans. Cuando Lugones conoció el amor)
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