“Una de las mejores formas de recrear el pensamiento de un hombre: reconstruir su biblioteca. Si decidí escribir estas Memorias de Adriano en primera persona, fue para evitar en lo posible cualquier intermediario, inclusive yo misma. Adriano podía hablar de su vida con más firmeza y sutileza que yo.
El hombre más apasionado por la verdad, o al menos por la exactitud, es por lo común el más capaz de darse cuenta, como Pilatos, de que la verdad no es pura […]. En ocasiones, no a menudo, me asaltaba la impresión de que el emperador mentía. Y entonces tenía que dejarle mentir, como hacemos todos”.
Marguerite Yourcenar. Cuaderno de notas a las Memorias de Adriano.
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