Existe un ser del todo inofensivo cuando se te presenta a la vista, hasta el punto de que apenas notas su presencia y enseguida lo olvidas. Pero si de alguna manera acaba anidando en tu oído, empezará a evolucionar y saldrá del cascarón, por así decirlo, y he conocido casos en que se adentraba incluso en el cerebro y se expandía y se propagaba como los neumococos que penetran por la nariz del perro.
Un ser de este tipo es el vecino.
Imre Kertész. Fiasco. Narrativa del Acantilado
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