Noviembre de 1918
Mi querida mamá:
Hice ayer por primera vez en mi vida una cosa baja. Poco después de que me insultaras, herido pesadamente en la única alegría que me ayuda a vivir, alegría de las amistades y camaraderías, alegría de ver personas jóvenes que se apasionan con lo que traigo. Estamos a mano. Has sabido transformar mi vergüenza en tristeza incurable. Había sin dudas otra manera de actuar.
Te quiero ciertamente más que a todo (el reconocimiento no entra para nada en este amor) pero como desde hace algunos años nunca me muestras los sentimientos que tienes por mí, de los que estoy seguro (porque para ti “dar dinero” es una prueba suficiente) te diré que no estoy feliz aquí. Voy a intentar volverme libre. El Cabo apareció y aquellos que había que tocar
están tocados. Soy menos entendido en el tráfico. Te abrazo respetuosa y tiernamente
Jean
(Fuente: Jean Cocteau. Cartas a mi madre. Libros del Zorzal)
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