En una charla con alumnos y docentes de la UCA, los guionistas de la serie Atrapados compartieron el proceso de convertir una novela estadounidense en una historia profundamente argentina.
En el marco de las materias de Guion y de Adaptación de Literatura y Cine de la Maestría en Comunicación Audiovisual de la UCA, Ana Cohan y Miguel Cohan, responsables de la adaptación de la serie Atrapados (Netflix), brindaron una charla abierta junto a docentes y estudiantes. En un diálogo franco y lleno de anécdotas, repasaron los desafíos de convertir una novela de Harlan Coben —ambientada originalmente en Nueva Jersey— en una miniserie argentina que resonó en todo el mundo. Desde el primer borrador hasta el rodaje, compartieron claves del oficio y reflexiones sobre industria, escritura y adaptación.
“No hay que buscar hacer algo universal: hay que hacer algo local. Solo así se vuelve universal”. Esa fue una de las ideas fuerza con las que Ana y Miguel Cohan abrieron la charla que brindaron en la UCA, con el foco puesto en Atrapados, la serie de seis episodios que adaptaron para Netflix a partir de una novela del bestseller estadounidense Harlan Coben.
La jornada contó con la presencia del director de la maestría, Juan Chiesa, y la coordinadora académica, Teresa Teramo, además de un auditorio colmado por estudiantes, docentes y egresados de carreras afines.
El desafío de adaptar sin copiar
The Stranger, novela de Harlan Coben, fue el punto de partida. Pero el resultado final, Atrapados, es una obra con identidad propia, ambientada en Bariloche, con personajes, tensiones y climas arraigados a la realidad argentina. “Netflix quería por primera vez hacer una adaptación latinoamericana de una novela de Coben, y nos llamaron para encargarnos del trabajo de guion”, contó Miguel Cohan. A diferencia de otros proyectos que nacen de una idea propia, esta vez la propuesta vino de afuera.
La primera decisión fue abandonar el New Jersey de la novela y encontrar un escenario local que permitiera anclar la historia de forma verosímil. Bariloche fue el elegido: “Tiene algo de ciudad y algo de pueblo. Permite los cruces casuales que en una gran urbe no funcionarían, y al mismo tiempo, su paisaje es muy potente en términos visuales”, explicaron.
El cambio de escenario implicó mucho más que cambiar nombres y locaciones. “No se trataba de traducir la historia, sino de reinventarla desde nuestro contexto”, dijo Miguel.
Así fue como la acción se trasladó a Bariloche, un espacio que combina lo urbano con lo pueblerino y que permite verosimilitud en los vínculos cruzados entre personajes. También hubo cambios sustanciales en las tramas: “Condensamos personajes, trasladamos conflictos y adaptamos la tecnología: en la novela los adolescentes usan Facebook como novedad, mientras que hoy eso ya es del pasado”, explicó Ana.

Diálogos, estructura y muchas versiones
Uno de los aspectos más complejos del proceso fue la escritura de los diálogos y la estructura serial. Los guionistas trabajaron junto a un equipo de escritores y realizaron al menos cinco versiones del primer capítulo. “Las novelas tienen una estructura muy diferente a la de las series. No podés dividir una novela como si fueran seis películas. Tenés que construir una narrativa que funcione capítulo a capítulo y a la vez sostenga un arco global”, señalaron.
La construcción de las voces fue otro eje clave. Aunque algunos diálogos originales se conservaron por su fuerza, la mayoría fueron adaptados o reescritos: “Tenés que decidir qué batallas ganar y cuáles perder. A veces un diálogo genial simplemente no entra en la historia que estás armando”, explicaron.
Parte del desafío fue traer a la actualidad una historia escrita en 2010. La novela original hace referencias a Facebook como una novedad, menciona a Netflix como algo incipiente, y construye parte del conflicto a partir de una “ley seca” estadounidense, donde los padres permiten el consumo de alcohol a sus hijos en fiestas privadas. Nada de eso aplicaba al contexto argentino de 2025.
El equipo de guionistas (cuatro en total) trabajó para resignificar esos elementos sin perder el espíritu de la historia. “Había que reconstruir verosímiles. Por ejemplo, en Argentina no hay esa cultura universitaria norteamericana tan estructurada. Y también la tecnología actual exigió que repensáramos las formas de comunicación y vigilancia entre personajes”, comentó Ana Cohan.
Del guión al set: soltar lo escrito
La conversación también abordó el pasaje del guión a la pantalla. Como Miguel fue además el director de varios episodios, pudieron controlar más de cerca el tono actoral y visual, pero Ana subrayó que siempre hay un momento de soltar. “Un guión es un medio, no un fin. Después llega el director, los actores, la producción… y todo eso modifica el material”, señaló.
Sobre el casting, comentaron que a veces escriben pensando en un actor específico, pero que eso depende de cada proyecto. Lo importante, coincidieron, es que el personaje tenga una voz propia y no dependa del rostro que lo encarne.
¿Qué significa “traicionar bien” una novela?
Uno de los conceptos que más resonó entre los asistentes fue el de “traicionar a la novela antes de que ella te traicione a vos”. Según los Cohan, el riesgo de seguir demasiado al pie de la letra el texto original es perder la oportunidad de crear una obra nueva y autónoma. “Adaptar es elegir, condensar, transformar. Y eso exige separarse del original en algún punto”, explicó Miguel.
Eso implicó, por ejemplo, eliminar personajes secundarios —como el suegro de la protagonista— o cambiar el motor del conflicto. “Lo importante es que lo que cuentes tenga coherencia interna, aunque ya no se parezca a la novela”, agregaron.
Uno de los temas que se abordó durante la charla fue el rol del periodismo en la serie, encarnado por el personaje de Emma. “Ella comete un error profesional y moral cuando, en medio de su duelo, publica un video que acusa a alguien antes de que intervenga la justicia”. Según los guionistas, esto forma parte de su arco dramático: “Es una periodista que, atravesada por el dolor, se sube al caballo de la justicia y se equivoca. Ese error pone en marcha todo el conflicto”.
Lo local como valor global
Uno de los grandes logros de Atrapados fue su repercusión internacional. Aunque Netflix promovió especialmente la serie en Argentina, Uruguay y Chile, rápidamente escaló al top 10 en varios países, incluyendo Alemania, Inglaterra y Kenia. “Nos sorprendió y nos emocionó. Ver nuestra serie en pantallas de Times Square fue impensado”, reconocieron.
Sin embargo, insistieron en que el objetivo principal era hacer algo que funcionara en Argentina. “Netflix quiere primero que funcione localmente. Si después viaja, mejor. Pero el corazón tiene que ser argentino”.

Lecturas, referentes y futuro
Hacia el final, los Cohan compartieron sus influencias. Ana, con formación en filosofía y periodismo, se siente cercana a las lecturas de no ficción. Miguel mencionó a Patricia Highsmith y Agatha Christie como sus primeras inspiraciones, y destacó a Hitchcock como un director que lo marcó profundamente.
Actualmente están escribiendo nuevos proyectos —algunos posibles documentales y nuevas adaptaciones— pero no confirmaron títulos. De lo que no tienen dudas es de que escribir y reescribir es la base de todo: “Si no escribís, no tenés proyecto”, resumieron.
La charla fue organizada por la Maestría en Comunicación Audiovisual de la UCA.
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