El argentino, a diferencia de los americanos del Norte y de casi todos los europeos, no se identifica con el Estado. Ello puede atribuirse a la circunstancia de que, en este país, los gobiernos suelen ser pésimos o al hecho general de que el Estado es una inconcebible abstracción*. Lo cierto es que el argentino es un individuo , no un ciudadano.
* El Estado es impersonal: el argentino solo concibe una relación personal. Por eso, para él, robar dinero público no es un crimen. Compruebo un hecho, no lo justifico o excuso.
Jorge Luis Borges, Otras inquisiciones.
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