Hoja por Hoja

Proyecto editorial & Revista literaria online

1/4/1929: Milan Kundera cumple 90

Milan Kundera, uno de los más emblemáticos escritores de las últimas décadas del siglo XX, nacido el 1° de abril de 1929, acaba de cumplir 90 años. El periodista francés Jean-Dominique Brierre le consagró una biografía: “Milan Kundera, una vida de escritor”, publicada por ediciones Écriture.
Aquí presentamos la traducción de una entrevista publicada en el Magazine Littéraire, realizada por Aurélie Marcireau.

Usted escribe que Milan Kundera es un escritor “antihistórico”, que la época no le sirve sino como marco. Sin embargo, a menudo sus libros se percibieron como políticos. Por ejemplo “La broma”, donde tuvo que batallar respecto de esta etiqueta de libro político. ¿Por qué esta incomprensión?

JDB: El malentendido sobre “La broma” se produce porque el libro se publicó en Francia en 1968, algunas semanas después de la invasión de Checoslovaquia por las tropas del Pacto de Varsovia. En su prefacio, Aragon evoca evidentemente el acontecimiento, lo que orientará la percepción de la novela. En el otoño (boreal, NDR) de 1968, Kundera vino a París para la promoción de su libro. Se defiende de haber escrito una novela política y prefiere hablar de una novela de amor. Más allá de las etiquetas, “La broma” es para mí sobre todo una novela cómica, o irónica, sobre la incapacidad de los seres humanos para dominar su destino, ya que la Historia desde ese punto de vista se considera como “la mayor de las bromas”. Kundera no escribió novelas históricas. No busca hacer revivir una época. La Historia no le interesa sino en la medida en que en ciertos momentos -por ejemplo durante el período staliniano- ubica a los hombres en situaciones en las que revelan aspectos inéditos de su ser.

¿Qué relación tiene con el comunismo?

JDB: Kundera adhiere a las Juventudes Comunistas en 1947, a los 18 años. Checoslovaquia sale de seis años de ocupación nazi. Como para gran parte de la población, el comunismo representa entonces para él la esperanza de un mundo mejor. Sin embargo, no tarda en ser excluido debido a un “sentimiento antipartido”. Lo cual no le impedirá seguir siendo comunista de corazón, incluso cuando el régimen comienza a mostrar su verdadero rostro, el de la delación y los procesos políticos. En 1956, en ocasión del Deshielo, Kundera es reintegrado en el partido. Adopta entonces una postura “crítica pero constructiva” frente al poder. Pero a diferencia de Vaclav Havel, no será nunca un disidente. Si viene a instalarse en Francia en 1975 es porque después del aplastamiento de la Primavera de Praga sus libros son retirados de las librerías y las bibliotecas. Sin embargo, cuando deja Checoslovaquia, lo hace con el consentimiento de las autoridades. Por otra parte, piensa volver a su país al cabo de dos años. Nunca eligió el exilio. Solo las circunstancias históricas lo llevaron a quedarse definitivamente.

Usted insiste en la importancia de la música. Sus novelas están construidas como composiciones musicales…

JDB: La influencia de su padre, Ludvik Kundera, un gran pianista, fue decisiva en su manera de abordar la escritura. El propio Milan se reservaba para una carrera de compositor. Cuando abandonó la música por la literatura, eligió primero la poesía, el género literario más cercano a la música. Fue poeta -un poeta comunista- durante una docena de años antes de optar definitivamente por la novela. Retoma los principios de la composición musical para construir sus novelas con temas, motivos, variaciones, movimientos largos, movimientos rápidos, etcétera. Antes incluso de comenzar su novela dice “escucharla” y sabe exactamente cómo va a terminar. Un enfoque propio del músico más que del novelista.

Le debemos a Kundera muchos conceptos: “años líricos”, “el kitsch”, etcétera. ¿De qué modo modelan su obra?

JDB: La “edad lírica” a la que Kundera debía consagrar su segunda novela, “La vida está en otra parte”, es la juventud, un período de la vida dominado por el narcisismo durante el cual el individuo “se ocupa de sí al punto de caer agotado”. Políticamente esta edad se expresa por el entusiasmo revolucionario inseparable de una ceguera que puede ir hasta la aprobación del terror. Desde un punto de vista literario, la edad lírica es sobre todo la de los poetas. Cuando Kundera abandona la poesía, entra en la “edad antilírica”, la de la novela y su dimensión irónica, antídoto del lirismo de su juventud. En cuanto al kitsch, es un concepto que Kundera le tomó prestado a Hermann Broch. En Kundera el kitsch tiene una connotación más existencial que estética. De ahí la definición que da: “Es la necesidad de mirarse en el espejo de la mentira embellecedora y reconocerse con una emocionada satisfacción”.

Hablemos de mujeres. Trata, escribe usted, del carácter irreconciliable de los puntos de vista femenino y masculino. Sin embargo la asimetría es fuerte: la mujer es celosa, a menudo víctima, el hombre a menudo un Don Juan…

JDB: Kundera fue acusado a menudo por las feministas de misonginia, bajo el pretexto de que sus personajes femeninos son víctimas, o ubicadas en situaciones humillantes. Es cierto que en sus novelas los celos son patrimonio de las mujeres y a menudo los hombres son libertinos. Una dicotomía un poco “a la antigua” pero que no hay que confundir con misoginia. El novelista Jonathan Coe prefiere hablar al respecto de “androcentrismo” en la medida en que Kundera “no tiene ninguna hostilidad hacia las mujeres, pero ve el mundo desde un punto de vista estrictamente masculino”.

Devela los malentendidos, los miedos, los complejos vía la sexualidad. Es muy sexual sin buscar ser erótico…

JDB: Las novelas de Kundera rebosan de esecenas de coito. Pero, como a propósito de la Historia, el sexo no le interesa sino cuando echa luz sobre el misterio del ser. Como explica: “Tengo el sentimiento de que una escena de amor físico arroja una luz muy fuerte que revela de entrada la esencia de los personajes”.

La novela, según Kundera, se revela superior a la filosofía en la exploración del ser. “Los filósofos afirman, los novelistas plantean hipótesis. No quiero hacer filosofía al modo de un filósofo, sino al modo de un novelista. No quiero probar nada, examino las cuestiones: qué son el ser, los celos, la liviandad, el vértigo, la debilidad, la excitación amorosa”. Finalmente, es un buen resumen de las cuestiones que atraviesan todos sus libros.

JDB: Como Robert Musil, Kundera busca escribir novelas “que piensan”, por eso están sembradas de pasajes de ensayo. Su tema predilecto es el “enigma del yo”. Tiene una visión del mundo, pero no es un filósofo. No elabora ningún sistema. Su marcha es la de un novelista. No menaje conceptos sino que inventa personajes, que considera como “egos experimentales”. Gracias a ellos, haciendo variar el punto de vista, muestra que la realidad es múltiple y no unívoca, de ahí que deteste las “novela de tesis”.

¿Cómo se percibe su obra en la República Checa?

JDB: Es muy ambivalente. Kundera es considerado a la vez como el mayor escritor checo viviente, pero al mismo tiempo suscita cierta acrimonia. Algunos checos le reprochan a la vez su pasado comunista y lo que sienten como una condescendencia hacia su país de origen, al que no fue sino raramente después de la caída del comunismo, y siempre de incógnito.

¿Cuál es su libro preferido y por qué?

JDB: Citaría dos. Por empezar “El libro de los amores ridículos”, una serie de nouvelles escrita en los años 60 que contiene ya todos los temas que luego desarrollaría en sus novelas: la edad lírica, la dialéctica entre la pesadez y la liviandad, entre vida pública y privada, la identidad y el problema del ser, la tragicomedia de los destinos humanos, el carácter mimético del deseo. Y luego “El libro de la risa y del olvido”, primera novela escrita en Francia (1979), debido al virtuosismo de su composición polifónica. Además es su novela más política, lo que le valió ser despojado de la nacionalidad checoslovaca.


Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

©Graciela Cutuli


Sitio web diseñado y desarrollado por Axel J. Dumas Cutuli (axeldumas@hotmail.com) y Micaela Fernández (ffmicaelab@gmail.com)

A %d blogueros les gusta esto: